«Las industrias culturales pueden fortalecer el rol de América Latina en el mundo»
septiembre 2017
Alejandra Luzardo, líder de economías creativas y emprendimiento del Banco Interamericano de Desarrollo, explica las razones por las que la economía naranja puede contribuir a América Latina en un mundo en el que el conocimiento ha pasado a ser rentable.
En la actualidad, la llamada Economía Naranja parece haber cobrado fuerza en América Latina. ¿De qué se trata este nuevo desarrollo económico? ¿De qué tipo de emprendimientos hablamos y qué pueden aportar a la región?
La economía creativa y cultural, o lo que en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) llamamos Economía Naranja, es aquella que considera al talento y la creatividad como sus insumos principales. Nos estamos refiriendo a una economía basada en el conocimiento, que es capaz de generar empleo y riqueza, provocando así un alto impacto socio-económico. Esos cambios positivos y sostenibles son los que necesitamos para mejorar la vida de las personas en América Latina y el Caribe.
En términos concretos, estamos hablando del cine, la publicidad, la televisión, la animación, los videojuegos, la industria editorial, la industria de la música, la moda y el diseño, por mencionar solo algunas de las áreas que abarca la Economía Naranja. También me gustaría destacar que el «emprendimiento» es un sector transversal que viene experimentando un crecimiento notable, y tiene un potencial increíble en estas industrias. Hemos visto surgir en la región a una nueva generación de emprendedores talentosos que le han dado a la creatividad un valor central en sus actividades productivas y comerciales. Ellos han redefinido sus funciones y desafiado los mitos que rodean a la creatividad como fenómeno, construyendo equipos multidisciplinarios que conjugan habilidades innovadoras atípicas. De eso se trata la última publicación que hemos realizado en el BID (Economía Naranja: innovaciones que no sabías que eran de América Latina y el Caribe). Pretendemos destacar estos talentos y mostrar como la creatividad pueda acelerar la innovación y contribuir en nuestros países con una economía competitiva a nivel mundial basada en el conocimiento.
¿Cuáles son los países que más han avanzado en estas nuevas dinámicas económicas y qué tipos de proyectos se están destacando?
Hemos realizado un mapeo de toda América Latina y el Caribe en el que identificamos cerca de 300 innovaciones de las industrias creativas y culturales, con especial énfasis en las innovaciones tecnológicas. En él destacamos 50 emprendimientos innovadores de mayor impacto social en la región, agrupados según su pertenencia a algunos de los principales sectores de las industrias culturales y creativas (ICC): arquitectura, artesanía, diseño, medios, moda, música, servicios creativos y software/plataformas Digitales. Estos procesos de innovación se produjeron en doce países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Perú y República Dominicana.
Entre algunos de los emprendimiento podemos encontrar a
Proyecto Pietà (Perú): Marca de ropa urbana ecológica de alta calidad confeccionada por hombres y mujeres de tres cárceles de Lima. Cada preso recibe una reducción de su condena y un porcentaje de las ventas, propiciándose así su reinserción social.
Machina (México): Marca de ropa de carácter social irreverente, que integra la tecnología innovadora de manera funcional e intuitiva, dando lugar así a la «wearable technology», o «ropa inteligente».
Torre (Colombia): Plataforma de crowdsourcing que cuenta con una base de datos de 135.000 actores de doblaje y narración. Su algoritmo propietario identifica al mejor talento para cada proyecto entre cientos de miles de voces, en menos de 10 minutos.
Popular de Lujo (Colombia): Plataforma digital que promueve la investigación y divulgación de la gráfica popular latinoamericana como cultura visual (avisos, carteles, letreros de autobuses, murales, etc.).
Elemental (Chile): El reconocido arquitecto Alejandro Aravena ha diseñado un modelo replicable y escalable de viviendas económicas, estéticas y funcionales, que pueden expandirse según los recursos de cada familia.
BabyBe (Chile/Alemania): Dispositivo para incubadoras neonatales, que conecta la voz, la respiración y los latidos de las madres con sus bebés prematuros a través del contacto simulado con sus cuerpos.
The New Denim Project (Guatemala): Confección de textiles reciclados de las maquilas de jeans, enfocada en la producción de tejidos de alta calidad, libres de químicos y reduciendo al mínimo el uso de agua y energía.
Posibl. (Argentina): Compañía multimedia que produce y distribuye contenidos de alto impacto social, con base en 4 pilares: el poder de las redes sociales, el crowdsourcing, la filantropía y la responsabilidad social empresarial.
Ánima Estudios (México): Estudio de animación con más experiencia y reconocimiento en América Latina y un referente para la industria a nivel global. Es el primer estudio latinoamericano que produjo una serie original para Netflix.
¿Cuánto aporta hoy la Economía Naranja a la generación de empleo en América Latina? ¿Qué tipos de políticas de promoción están adoptando los Estados o pueden adoptar para favorecer más la actividad y la creación de puestos de trabajo a través de la misma?
En América Latina y el Caribe los ingresos generados por las ICC en alcanzaron los 124 mil millones de dólares en 2013. Y, en 2015, la Economía Naranja dio empleo a 1,9 millones de personas comparables con los que genera toda la economía de Uruguay o Costa Rica. Si los países de América Latina quieren alcanzar un crecimiento balanceado de sus economías e incrementar su competitividad en este constante ambiente de cambio, es vital fomentar estas industrias. Ellas representan un potencial que aún no ha sido explotado. Es importante que la región ponga atención en ellas y se generen las condiciones necesarias para que prosperen la creatividad y la innovación en una cultura de emprendimiento.
Algunos críticos del proceso aseguran que la Economía Naranja traslada los patrones culturales a las necesidades del mercado. ¿Qué hay de cierto en esto? ¿Existe la posibilidad de que la cultura, sea finalmente moldeada por criterios mercantiles que son ajenos a su propia dinámica creativa?
Creo que este es un debate que no dejará de existir, y es igual de erróneo ver solo el valor económico de la cultura como no verlo. El sector de las industrias creativas y culturales ha sido capaz de generar más ingresos que sectores tradicionales como el automotriz o el minero. Los emprendimientos que se destacan en la publicación son ejemplos de soluciones ingeniosas y sorprendentes que no solo están creando un valor económico, sino generando empleo y un impacto social. Las medidas adoptadas actualmente por el sector público y privado para cultivar, amplificar y empoderar el trabajo de los creativos podrán rendir sus beneficios y producir soluciones que mejoren vidas. Como sabes, tanto las pequeñas empresas, las startups pero también las grandes corporaciones para poder seguir relevantes tienen que innovar y buscar cambios en sus procesos y en nuevos modelos de negocio para el fortalecimiento de la economía en los países de la región.
Alejandra Luzardo es líder y estratega de innovación, economías creativas y emprendimiento del Banco Interamericano de Desarrollo