La asunción de Santiago Peña como nuevo presidente de Paraguay, el 15 de agosto, va de la mano de una transformación del Partido Colorado, que gobierna el país, con una breve interrupción, desde hace más de 70 años. Con un perfil técnico, Peña es una suerte de delfín de Horacio Cartes, el empresario y ex-presidente acusado por Estados Unidos de sobornar a los miembros del partido y que logró, en las últimas elecciones, imponer a su candidato.