El 30 de agosto murió a los 91 años el ex-líder soviético que impulsó las reformas que, sin proponérselo, acabarían con la Unión Soviética. Hijo del XX Congreso que buscó la desestalinización y considerado un sesentista, se dio cuenta de que las cosas no funcionaban, pero su plan no tuvo la coherencia ni la energía necesarias para salvar al sistema nacido en 1917 y transformado profundamente por el estalinismo.